EL PLACER DE LA CULTURA

jueves, 21 de abril de 2011

Arkeokomix andino

De nuevo nos remitimos al excelente blog de nuestro querido amigo el antropólogo chileno Horacio Larraín Barros para resaltar un estupendo cómic realizado por dos de sus alumnos en la carrera de arqueología de la Universidad Bolivariana con sede en la ciudad de Iquique: Luis Reyes Pérez y María José Capetillo.

A lo largo de 16 viñetas se nos presenta el modo de vida de los antiguos pobladores del interior, instalados en plena Pampa del Tamarugal a medio camino entre las poblaciones cordilleranas y la costa del Pacífico.

A través de una sencilla historia se nos muestra el encuentro entre dos culturas de una forma más amable de como en realidad sucedió: sin dominios, sin violencia, sin imposiciones, sino más bien desde el diálogo respetuoso, la comprensión y el interés por diferentes soluciones culturales a los mismos problemas de supervivencia que son inherentes al ser humano.

Ya que entonces no pudo ser, hagamos hoy en día un mundo más dialogante. Enseñemos a las nuevas generaciones, a través de instrumentos sencillos como en que aquí se presenta, a respetar los diferentes modos de enfrentarse con el mundo.


Para ver el cómic completo y el estudio previo pinchar AQUÏ

martes, 19 de abril de 2011

Al otro lado del tiempo

Al final del recodo
cuando transcurran los siglos
si nos vemos
tu pelo blanco y tu figura incólume,
indoblegable, erguida
tras tantos latigazos de soledades
elegantemente vestidas
de entrepaño negro.

Al final del infinito camino pedregoso
de imaginarios geranios recubierto
habré de darte la razón y la mano
pero firmes ambas,
no cabizbaja la mirada
ni las pupilas, entreabiertas de pestañas,
las mismas que han ido reconociendo
la huella de tus palabras
silentes y con eco
sobre el frío empedrado
que me dictaban mis zapatos

(Isabel Sánchez-Paredes García)



Foto: Martín Juez

miércoles, 13 de abril de 2011

El Gran Espíritu y los indios de las praderas

El pasado sábado 9 de abril iniciamos una colaboración con Fun Fun Servicios de Ocio, que nos ha propuesto la idea de adaptar nuestros talleres escolares a un nuevo formato de taller-cumpleaños.

La idea principal es por tanto hacer de los cumpleaños un medio de aprendizaje lúdico sobre todo a partir de cierta edad (7 años) cuando las piscinas de bolas y otras alternativas de ocio centradas exclusivamente en el consumo no son las más buscadas por los padres.

Foto de Nuria Abad
  
De una manera sencilla pero rigurosa, los chavales aprendieron a situar geográficamente las culturas de los pobladores de las Grandes Llanuras norteamericanas, escucharon su música, conocieron su mitología y sus dioses, aprendieron su modo de vida y realizaron su propio tipi (tienda india) con materiales sencillos. También fueron capaces de elegir su nombre al modo “indio” y pintar un tótem mediante pictogramas que remitían a él.

Foto de Nuria Abad
Por supuesto, el cumple terminó como todos: con pizza y tarta, como está “mandao”.

Otras propuestas de cumple-taller son:
  • Transfórmate en arqueólogo
  • Aprende a hacer tu propio cómic 
  • Conviértete en investigador por un día
  • Escrituras de América y el calendario maya

En todas ellas Atacama aporta el material necesario y son eminentemente prácticos, con ejercicios y juegos pero con un esquema claro para despertar el gusto por la investigación y la historia en los más pequeños.

Más información sobre Fun Fun AQUÍ

martes, 5 de abril de 2011

Se inaugura el renovado Palacio de Comunicaciones

Un conocido pasaje del libro de Ramón Gómez de la Serna El Paseo del Prado (1920), incluido en Elucidario de Madrid (1931), se ha puesto de actualidad en estos días iniciales de la primavera de 2011.


Afirmaba el gran Ramón que el Palacio de Comunicaciones, rebautizado ahora como Palacio de Cibeles “ha cambiado un poco la fisonomía del Prado y las gentes de su abono”. Recuerda su construcción entre 1905 y 1917: “lo hemos visto crecer, lo hemos visto de primera piedra, o sea como quien dice de niño”. Y aunque “todos se metían con él como pasa con todas las arquitecturas siempre. Pero aún a tiempo fuimos los primeros que dijimos a los amigos ".




Según Ramón, “con este edificio llegaban a Madrid oficialmente las arquitecturas inauditas, ni para Dios ni para la aristocracia pura de antes, sino un poco para el comunismo y señalando la cúspide de la democracia. Es esta arquitectura de tipo híbrido y razonable al mismo tiempo, la cosa moderna y estrafalaria, que, sin embargo, caracteriza a Madrid, y más que nada le caracterizará en el porvenir”.

Continúa Gómez de la Serna que “con los edificios modernos nos indignamos. Mal hecho. Eso es ser tan ultramontanos como los hombres oscuros que abominamos. Hay que ver a esos edificios en la hora en que se abren, como los girasoles, la hora en que están más en pompa, frente a un cielo maravilloso, la hora en que cogen la hora de Madrid”.



Al final del artículo Ramón profetiza: “Ya todo el edificio está hormigueado, y la hormiga humana no le dejará. Su destino puede hasta mejorar, y es probable que en lo futuro sea el ministerio de la Gobernación de los nuevos movimientos. Los nuevos Poderes quizás le usurpen el local en lo futuro; ¡él también usurpó el lugar de los jardines del Buen Retiro!”. En efecto, el Palacio fue construido en el solar de los citados jardines, una especie de parque de atracciones decimonónico.

Además Ramón se refiere a la inauguración del edificio en unos términos que bien pueden aplicarse hoy: “Hasta que, por fin, un día se inauguró, y entramos a verlo. Fué al atardecer, y se nos hizo de noche dentro. Su interior tenía aspectos contrastantes; de pronto notaba que tenía algo de Teatro de la Música o de Music-hall sin música y sin espectáculo, pero con un aire de espectáculo con el escenario desvanecido, y de pronto también la sensación de barco se acentuaba después en sus adentros y donde hay dos puentes como entre el barco y el desembarcadero. Subimos a la terraza como esperando que desde ella se viera el mundo y los caminos postales universales. Desde tan gran altura se veía la patina obscura que tiene el Prado, la humedad y la abismada condición de paraje del otro mundo que tiene el Prado; se veía el Retiro y sobre las cimeras de los árboles y como sin su alto pedestal, Alfonso XII montado en su caballo sobre una colina natural a ras de nosotros; se veía el ocaso de Madrid, que nadie contempla, como si todos estuviésemos de espaldas a él, y que tiene aberturas y rasgaduras enormes, como escotillas por las que podríamos escaparnos de este mundo, aberturas de la mina hacia la luz dorada; se veían terrazas frías, terrazas de barrio elegante llenas de ropa tendida; se vela ese palacio cerrado con su coronilla de cinc; se veían los tiburones que hay en el fondo…”
Cafetería y sala de lectura con wifi
Todas las fotografías son de nuestro colaborador: Eduardo Escudero de Castro